El legado religioso de Wasserman en Bahía San Blas. “Dueño de una incalculable fortuna”

Los Wassermann fueron parte fundamental para el desarrollo económico de la isla de San Blas. Protagonizaron una época de opulencia y fueron dueños de una incalculable fortuna.

La familia Wasserman llegó a estas tierras del Partido de Patagones en el año 1926 y les dio un impresionante vuelco a la Isla Jabalí.

John Bruno Wassermann era un judío alemán nacido en Hamburgo y se convirtió al catolicismo con el objetivo de ser admitido en el Jockey Club y escalar los insobornables peldaños de la alta sociedad.

Estaba casado con Berta Bromberg y sus hijos eran Erwin, Kurt y Mario. Berta solía enseñar catecismo en la Isla, según cuentan algunas referencias.

John obtuvo una incalculable fortuna mediante el negocio de la importación de papel, hábiles negocios, oportunas sociedades y estratégicos contactos políticos en las más altas esferas.

Wassermann monopolizaba la importación del papel y esto junto a otros negocios a la hora de saldar cuentas hicieron que en 1926 se adueñara de la Isla San Blas.

John Wassermann llevó ovejas, vacas y caballos, construyó la iglesia y en 1932 hizo el puente que une la isla con el continente. Además, trazó todas las calles, fraccionó y alambró la isla. Inclusive, tenía la autorización del Gobierno para construir un puerto de ultramar, proyecto que luego se diluyó.

Su mujer, Berta Bromberg, quien había acercado la práctica de la religión a los escasos habitantes de la isla, murió en 1932.

La felicidad de Bruno Wasserman había durado muy poco, porque en ese mismo año al morir su esposa Cristina Berta, era tan grande su tristeza que en su memoria mandó edificar la capilla de San Blas.

Tiempo después, John Wassermann hizo pareja con su enfermera, la alemana Ría Hess, de quién se decía era hermana del jerarca nazi Rudolf Hess.

Esta joven mujer logró casarse con Wassermann, pero sin la aprobación de los hijos de él. El 25 de enero de 1940, John Bruno Wassermann murió luego de ingerir cianuro.

Los hijos le compraron las propiedades heredadas a Ría Hess y rápidamente le dieron salida.

La Capilla y el eterno amor

Otras referencias históricas indican que la capilla fue construida por su hijo Erwin “Bubby” en honor a su madre, pero el templo nunca pudo ser bendecido porque su padre se suicidó.

La historiadora sanblaseña Susana Castelnuovo describió con lujo de detalles la fisonomía arquitectónica así:

“Luego de subir una escalinata una ancha puerta de metal se abre paso hacia un pequeño atrio desde donde una puerta tallada en madera nos introduce directamente en la nave central, presidida desde el altar por la bella imagen de la Inmaculada Concepción, obra realizada en puro mármol blanco por Joska en 1938. Desde el cielorraso, cruzado por gruesas vigas de madera, pende una enorme araña de hierro cuyo decorado acompaña el de los candelabros de pie del mismo material (…) el confesionario, los bancos y el vía crucis íntegramente tallado en madera traídos de Europa…” (de la publicación: Bahía San Blas, la historia).

Para entonces, don Bruno, judío de nacimiento, quien se había convertido al catolicismo (en Alemania el nazismo hacía estragos) y en el subsuelo del templo, detrás de otra gruesa puerta de metal, hizo escribir la leyenda en latín “Adimple pos ea petis” (Cumple, luego exige) e instaló la cripta mortuoria cuyo primera moradora fue, precisamente, su tan amada Cristina Berta Bornberg de Wasserman.

Vivió el resto de sus días sumamente deprimido hasta que se envenenó con cianuro, hizo falta una dispensa eclesiástica especial a los efectos de autorizar la sepultura de sus restos en este lugar sagrado.

Pero el destino quiso que ese amor permaneciera por siempre unidos. Por ello descansan juntos allí. También se encuentran los restos de Erwin “Bubby” Wasserman, el hijo mayor de ambos, quien murió mucho tiempo después de haberse convertido en el magnate rico y famoso de la Isla.

Por fuera, la Capilla posee un estilo colonial clásico por sus tejados típicos a 2 y a 4 aguas, no sabemos si son tejas musleras (muy usadas en algunas casonas antiguas de Carmen de Patagones) o simplemente tejas coloniales comunes de la época. El diseño fue pensado por el arquitecto Félix Sluzki y podemos decir que no fue diseñada al azar ya que nos indica en muchos aspectos que todo en su exterior e interior fue pensado con mucho detalle.

En su torre campanario de 12,5 metros de alto se puede observar un inicio al racionalismo ya que era un estilo que en esos años comenzaba a verse en muchas construcciones de la época ya que enmarcaba un momento de expansión de esos rasgos arquitectónicos por las influencias de las revistas CACYA o Nuestra Arquitectura que eran importantes para la construcción del grupo CIAM, aunque no modernista en las grandes ciudades argentinas entre 1930 al 1940 pero que si se expande con la llegada del arquitecto Le Corbusier, siendo así también de renombres Waldimiro Acosta y Francisco Salomone quienes se consolidan en la Pampa con sus obras, las cuales la visual de estas construcciones se enmarcaban en la verticalidad y en la altura, resaltando el volumen con estética de fuerte.

Continuando con la capilla también podemos resaltar del estilo a los esquineros de la torre que están diseñados con ochavas alisadas y al contrafrente el edificio mantiene una simetría al eje central, rastro de este inicio del Racionalismo en la Pampa.

Otro detalle se encuentra ligado a un estilo Bizantino y esto está dado por sus pequeñas aberturas verticales y portal de hierro con paredes ciegas que indican que la construcción de la Capilla debía resguardar de alguna manera los valiosos elementos de la época que se ubican en su interior.

Por otra parte, vale agregar que el arquitecto Félix Sluzki fue integrante del Grupo de Arquitectura que diseñó y construyó la famosa Confitería El Molino, frente al Congreso de Buenos Aires, puro Art Nouveau en 1915 y con esta obra en San Blas daba inicio a sus posteriores diseños como casas para maestros en Mar del Plata 1935 (que terminó siendo un Hotel Club Golf) y años después también diseñó la Torre de viviendas en Belgrano en 1940.

Ver las imágenes de la capilla denota el amor que sentía Don Bruno por su amada Berta y ¿quién no querría sentirse tan amada, no?

Es imposible no sorprenderse con tanta información oculta que existe en esta parte de nuestra tierra y cada paso que doy me indica que esta zona fue muy productiva y sin dudas resguardó un gran potencial. Y más allá de la barbarie que dejó la conquista, anterior a esta parte, no se puede creer lo valioso que es el Patrimonio Histórico que tenemos alrededor.

Sigamos mirando con los ojos y el corazón bien abiertos, es la única manera de ver más allá…

Eternamente agradecida a Víctor Hugo Vogel, quien tan gentilmente me envía sus propias fotos de los lugares que va recorriendo.

Gracias también a mi genio sobrino y Arquitecto Gerardo Bares que me ayudó a entender en detalle el diseño de la capilla y sin querer descubrir muchas otras curiosidades de Don Félix.

Esta nota de investigación logré armarla a partir de:

Diario Noticias de la Costa

Patagones.com

Historiadesanblas.com

 

Texto: Noelia Sensini

 

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