Platos voladores en Valcheta, Huergo y Villa Regina ¿Hechos fantásticos? Tres historias

masrionegro reedita dos notas escritas por el escritor rionegrino Jorge Castañeda, de Valcheta, sobre un tema siempre vigente y de interés para muchos lectores.

Según cuenta Alejandro Alonso “algunos dirán que es una paloma que vuela a posarse sobre la torre o los cables del tendido eléctrico, otros dirán que es una hoja de diario al viento. Lo cierto es que Valcheta, provincia de Río Negro, apareció un auténtico Objeto Volador no Identificado y para colmo lo hizo mientras por las calles del pueblo peregrinaban los participantes del Taller Itinerante hacia el Centro de los Confines”.

Una nota periodística de Buenos Aires señala que “la foto en cuestión corresponde a la visita que los participantes de dicho taller hicieron al pueblo de Valcheta, en la provincia de Río Negro, en las márgenes del recorrido del Tren Patagónico. La imagen fue tomada por Alejandro Alonso el 25 de septiembre de 2004, en algún momento entre las 7,30 y las 9,00 horas.

El descubrimiento fue durante la preparación del artículo “Viajando hacia el Oeste”, lo que motivó una serie de consultas a otros fotógrafos que hasta ahora no han podido confirmar dicho avistamiento. Como sostienen algunos que han tenido acceso al documento, lo más probable es que sea una paloma. Sin embargo, si le faltaba algo de mística al encuentro, aquí está. Porque, paloma o no, la imagen es lo suficientemente sugerente como para despertar sospechas”.

El otro relato relacionado con los Objetos Voladores no identificados tuvo como testigo a Barboza, célebre por ser el protagonista de la famosa zamba “Pastor de Nubes” de Manuel J. Castilla y Fernando Portal.

“Mirando pasar las nubes, encima del cerro me quedo; y de golpe me parece que soy yo el que se está yendo…”

Barboza siempre vivió en su querido Santa Rosa de Tastil y gracias a ser famoso por dicha zamba llegó a conocer a muchos personajes de la cultura.

Pastores como Barboza, puede ser que estén habiendo, pero ninguno como él, que de amor ande muriendo…”

En una nota periodística Barboza cuenta que “los cerros guardan cosas que pocos saben, y yo pude verlas. Una noche venía solo, yo, mi caballo y mis ovejas. Cuando de pronto levanté la vista hacia el cielo y vi un círculo grande, como si fuera una rueda de una chata (así le llaman a esos carros de cargas grandes que eran tirados por bueyes, cuya circunferencia es mayor a los carros tradicionales) que tenía tres colores. Esa cosa pasó a toda velocidad y se perdió por detrás de los cerros. Yo agarré mi caballo pensando que se iba a asustar, pero nada, al igual que mi rebaño, que siguió caminando como si nada”.

El Pastor de Nubes decía que se iba a morir en Tastil porque “aquí estuve toda mi vida y es el lugar que me enamoró. Un día me iré de este mundo y quizá me encuentre con Manuel J. Castilla allá arriba”.

“Cada cardón de la falda –dice el poeta- se le parece por dentro; un  poco por las espinas, pero más por el silencio”.

Historias en regiones antípodas por la geografía, pero que fueron protagonistas de hechos fantásticos vinculados en los platillos volantes. ¿Verdad o fantasía?

Jorge Castañeda

Valcheta – Escritor

Los platos voladores están entre nosotros. Avistajes en Ingeniero Huergo y Villa Regina

En homenaje a Fabio Zerpa

Un nuevo caso de avistaje de un OVNI (Objeto Volador no Identificado) se ha producido en una chacra en cercanías de la ciudad de Villa Regina, dejando una foto como testimonio.

En realidad, desde hace varios años la Patagonia y el Alto Valle, en particular, hay lugares de oleadas de dichos objetos voladores.

Uno de los casos más resonantes se produjo en el año 1980 en la ciudad de Ingeniero Huergo, que motivó la atracción de medios periodísticos nacionales.

El avistaje se produjo en la chacra N 410 donde vivía el joven Carlos Vómmaro, quien solía contar que durante la noche del día lunes 11 de febrero de 1980 observó detrás de la alameda de la otra chacra, una gran luz, una especie de claridad. Al principio no le dio gran importancia y no se le ocurrió que algo extraño estaba sucediendo. Sin embargo, al ascender a su vehículo Ford Falcon mientras viajaba seguía observando el fuerte resplandor, siempre obstaculizado por los álamos.

De pronto –relató- al cortarse la barrera de los álamos, en un cuadro donde había una plantación de perales se dio cuenta que había algo, que no era un reflejo y un aparato había allí. La fuerte luz, según este testigo, provenía de unos 200 metros de distancia y a 30 metros de altura. Y esa vez sintió miedo.

Expresó en su relato que el misterioso objeto irradiaba una luz muy intensa que iluminaba todo el interior del coche.

Hasta aquí el apasionante relato de Carlos, que no difiere sino en pocos detalles de los muchos avistajes que se producen no solo en Argentina, sino en muchas partes y países del mundo.

Sobre los posibles tripulantes de estas máquinas, el prestigioso catedrático de Astronomía y Ciencias Espaciales Carl Edward Sagan, mundialmente reconocido, supo escribir lo siguiente: “Es probable que, como en nuestro caso, los cerebros de los organismos extraterrestres posean varios o muchos componentes acrecentados a través de un  lento proceso evolutivo. También es posible que, al igual que en el hombre, se dé una tensión entre ellos, por más que el rasgo distintivo de una civilización que ha logrado sobrevivir por largo tiempo y superar los peligros de su entorno radique en la capacidad de arbitrar una paz duradera entre los diversos componentes cerebrales. Muy probablemente, este supuesto orgánico extraterrestre habría ampliado también su inteligencia por vía extrasomática, mediante el uso de máquinas capaces de razonar. De todos modos, creo que nuestros cerebros y máquinas acabarán por entenderse y compenetrarse a fondo con los suyos”.

¿Estará cercano el día que se cumplirá lo escrito por Sagan?

Pareciera que una nueva serie de contactos con seres extraterrestres se estaría produciendo. ¿Algo nos estará advirtiendo? Y aún más misterios por resolver, ¿Por qué preferentemente eligen lugares con abundancia de agua y energía?

Se dice que están entre nosotros. Es razonable pensar que no estamos solos en el universo. ¿Será algún día develado el misterio de los platillos volantes?

Jorge Castañeda

Escritor – Valcheta

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