Un coleccionista de Viedma, identificado como Barlovento Artesanal, exhibió en su página de Facebook artefactos eléctricos de hace muchas décadas y recordó que en el balneario El Cóndor, en los años 1960/1970, todas las casas tenían una Petromax u otra iluminación a querosene. Aclaró que los elementos que tiene en resguardo no están a la venta.
“Hoy, les muestro artefactos utilizados para iluminar cuando no existía la corriente eléctrica. Son de mi colección personal y no están a la venta”.
Las Petromax, alemanas, salieron a la venta en el año 1922 y fue una innovación muy importante, porque funcionaban a gas de kerosene, parafina y con un sistema de inyección de aire, gasificaban el combustible y con una camisa de amianto daban muy buena luz. Había de marcas nacionales, como Volcán, Itatí, Sol de Noche y de diferentes tamaños.
Otras, de origen americano marca Miller, lisas y labradas todas a querosene y con mecha de algodón se regulaban con una pequeña cremallera para la combustión no de humo y si una buena luz.
Con la aparición de la corriente eléctrica y las llamadas bujías a finales del siglo XlX y con los desarrollos tecnológicos del petróleo, se dejó de iluminar con aceite de ballena. Con el tiempo, las lámparas de las fotos, pasaron a ser útiles en las zonas rurales.
Recuerdo de chico, en el balneario El Cóndor años 60/70, todas las casas tenían una Petromax u otra iluminación a querosene; la luz eléctrica de la usina, atendida por Mingo Rasquela, todo un personaje que recuerdo con mucho cariño, cortaba la luz a las 22 horas.
Y para seguir jugando a las cartas y a los dados, teníamos que iluminar a vela o con las lámparas de querosene”.
Espero les guste y hasta la próxima !!!
Barlovento Artesanal
Texto y fotos difundidos en Comarca Patagones Viedma Un viaje al pasado