Una muestra científica, cultural y educativa de la Fundación Bio Andina sobre el cóndor andino se realiza hasta el 15 de diciembre en el patio colonial de la Casa de Gobierno, en Viedma.
La exposición, que está enmarcada en el Programa de Conservación del Cóndor Andino y la Estrategia Nacional contra el Uso de Cebos Tóxicos, estará disponible para todo público.
Durante la inauguración, a cargo de la secretaria de Ambiente y Desarrollo Sustentable de Río Negro, Dina Migani, explicó que se trata de “una muestra de educación ambiental orientada a la conservación y protección del cóndor andino, una especie q históricamente ha sido maltratada por considerarse como un ave dañina”.
“Gracias
al trabajo de la Fundación BioAndina es que se ha vuelto a recuperar a este
especie en su hábitat. Y esta muestra no hace más que reforzar la
concientización de que el cóndor vuelva a su lugar”, aseguró la funcionaria,
quien además destacó la colaboración y el apoyo de los pueblos originarios en
esta tarea.
Por su parte, la fotógrafa de la Fundación BioAndina, Silvia Peralta, contó que
“El cóndor tiene dos alas y la muestra también: la científica con la puesta a punto
de los transmisores satelitales que llevan los cóndores cuando son liberados en
su introducción al mar y la otra el ala, que es la de las comunidades
originarias ya que se trata de un ave que siempre fue venerada por ellas”.
Antes de comenzar el recorrido, María Eva Cayú, de la comunidad de pueblos originarios “Manguel Mamuel” (Raíces que brotan), realizó una ceremonia ancestral para consagrar la muestra.
Incluye la presentación de imágenes de distintos fotógrafos y artistas que abordan las distintas etapas del programa, obras de arte que ilustran la relación del hombre con esta emblemática especie y resultados de la labor realizada.
El Programa de Conservación Cóndor Andino (PCCA) integra los últimos adelantos tecnológicos con la sabiduría ancestral de los pueblos originarios, para evitar la extinción de una especie emblemática.
Durante miles de años, el cóndor andino el ave voladora más grande del mundo ha sido honrado por las comunidades originarias de Sudamérica, quienes lo consideran un nexo sagrado entre los hombres y el cosmos. Sin embargo, en los últimos años, la caza furtiva, el uso de cebos tóxicos y la alteración del ambiente han puesto en peligro su supervivencia.
Por eso, en agosto de 1991 se dio origen al Programa de Conservación Cóndor Andino (PCCA). Gracias al programa de incubación artificial, la cría en aislamiento humano y la creación de un centro de rescate para ejemplares silvestres, el PCCA ha logrado criar 59 pichones, rescatar 220 ejemplares silvestres y reintroducir 164 cóndores en todo Sudamérica, incluso en la costa atlántica de Patagonia, donde la especie estuvo extinta por más de 100 años.