Seis reclusos de la Cárcel de Roca producen plantas ornamentales, aromáticas y flores

Seis presos de la Cárcel de General Roca participan en el taller de producción de huertas y viveros  y, como resultado de la actividad, ya producen árboles ornamentales, especies aromáticas y una amplia variedad de flores.

“Que el Estado brinde esta oportunidad a los internos es una diferencia abismal en su día a día, un estímulo”, describió Paula Medina, aludiendo al taller de producción de huertas y viveros que brinda el Penal de General Roca.

El espacio comenzó con el respaldo del Estado provincial, a través del programa Emprender, que coordina el Ministerio de Desarrollo Social de Río Negro.

“La capacitación tiene una rama de huerta orgánica, que refuerza los conocimientos adquiridos en un taller previo. Teniendo en cuenta que ellos ya se manejan con la siembra, cosecha, tiempos y otros conceptos, se hizo hincapié en la producción de plantas”, dijo la coordinadora

Agregó que “comenzamos desde cero y hoy los resultados son increíbles: los alumnos ya producen árboles ornamentales, especies aromáticas y una amplia variedad de flores: alelí, pensamientos, crisantemos y están trabajando en la reproducción de plantas por estacas de sauce, álamo, tamariscos, entre otros. La producción es amplia”.

El taller, además de producir, es un espacio que propicia el trabajo en equipo, donde “cada uno hace su aporte y todos colaboran en todas las tareas”.

“Es una experiencia única. No dudé en aceptar el desafío y hoy estoy muy contenta. Son seis internos y se van sumando más, a medida que avanzan en conocimientos y suman puntajes en conducta”, resaltó Medina.

También describió a sus alumnos como “personas muy respetuosas, agradecidas, que ponen mucha energía y dedicación a lo que hacen y avanzan en las consignas; en las mañanas dedican tiempo a realizar las tareas que se dejan del taller. Se los ve entusiasmados y contentos”.

“Esa expectativa, que se pone en evidencia en cada clase, genera un ámbito de diálogo y respeto que se complementan con los valores que inculca el oficio, de dedicación y responsabilidad, herramientas fundamentales para planificar su futuro”.

“Este espacio les sirve de terapia, hablamos mucho de sus historias, sus ganas de empezar de nuevo y tener una mejor vida, es mucho más que un curso, es un espacio de desahogo donde canalizan sus emociones”, destacó la coordinadora que, además, adelantó que buscará la continuidad del taller con miras a que los participantes puedan comercializar la producción”,  concluyó.

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