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Un grupo de especialistas del área de Recursos Naturales de la Estación Agropecuaria Valle Inferior del INTA realizó durante noviembre recorridos para observar el estado del pastizal y estimar el riesgo de incendios en los campos de monte de los Departamentos Adolfo Alsina (Viedma y la zona cercana), Conesa y Pichi Mahuida (Valle Medio) de la provincia de Río Negro
Recorrieron 500 kilómetros y relevaron 35 puntos a ambos lados de los caminos, donde se registraron cantidad de pasto y superficie cubierta con arbustos, vegetación herbácea y suelo desnudo.
A continuación la síntesis de las evaluaciones:
La mayoría de las gramíneas están semilladas (flechillas), se secan durante el verano y el pasto acumulado es el combustible necesario para iniciar y propagar un incendio. “Este año en particular hubo humedad favorable para el crecimiento de las plantas y, si no son comidas por los animales, se acumulará gran cantidad de pasto seco.
Esta situación es evidente en las banquinas de los caminos, en las orillas de alambrados y en los campos que tienen poca hacienda o lejos de las aguadas en potreros grandes”.
“Si en verano se dan condiciones de alta temperatura, baja humedad y viento, esos lugares son susceptibles de quemarse con rápida propagación del fuego y el riesgo de incendio es alto. Si el verano es fresco y húmedo, el riesgo se atenúa.
La cantidad de pasto y el clima no son los únicos factores que influyen en un riesgo de incendio. El estado de las picadas, cortafuegos, banquinas y alambrados juegan un papel preponderante y en general son escasas las medidas de prevención realizadas, tanto dentro como fuera de los campos.
Otro aspecto fundamental es la precaución que hay que tener con los fuegos accidentales. Si bien algunos incendios rurales pueden originarse por causas naturales (rayos por ejemplo), la mayoría ocurre por negligencias o descuidos humanos como quemas en lugares riesgosos, fuegos mal apagados, acumulación de combustibles, donde toman relevancia las medidas de prevención para evitar la expansión del fuego y para facilitar el acceso y las vías de escape durante el control del fuego.
En esta época vale estar atentos por el inicio de un fuego, columna de humo, tormentas eléctricas, y tener buena comunicación con los bomberos, policía y vecinos, para advertir y actuar rápidamente ante un siniestro cercano.
Reiterando lo expresado en años anteriores, el costo de restituir un alambrado es mayor al que implica la limpieza y mantención de las picadas.
