“Esta es una Iglesia que camina y el momento nos encuentra con mucha fuerza y esperanza”, le dijo hace pocos días el obispo de Viedma, Esteban Laxague (63), a un periodista de masrionegro.
Es cierto, después de una primera y breve entrevista lo vimos tres veces transitar las calles de Viedma, aún en plena siesta.
“Los templos están cerrados para evitar contagios, pero la Iglesia está muy viva, con mucho espíritu”, observó el sacerdote salesiano, que hasta hace pocos días solía recorrer en bicicleta la ciudad, pero ahora por su edad y el coronavirus tiene que cuidar más su salud.