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Durante los últimos días de octubre y principio de noviembre, inspectores de la República de China visitaron la región para monitorear los métodos de control de plagas en establecimientos productivos y de empaque de cerezas de Río Negro y Neuquén.
En Río Negro están producción 420 hectáreas de cerezas, lo que genera gran cantidad de mano de obra. En noviembre comienza la cosecha, que se concentra principalmente en Chimpay, Río Colorado, General Roca y Allen. El sector está integrado por 150 productores que se dedican a la producción de esa fruta.
En la Patagonia hay más de 700 hectáreas plantadas, de las cuales más de 400 se ubican en Chimpay, en el Valle Medio.
Las cerezas representaron en 2017 exportaciones argentinas por 5.630 toneladas, con Estados Unidos y Hong Kong como principales destinos.
China es un fuerte consumidor mundial. El año pasado compró cerezas por 771 millones de dólares, el 31 por ciento del comercio global de ese producto.
El objetivo de la reciente visita china a Río Negro y Neuquén fue formular un protocolo fitosanitario que permita el ingreso de cerezas argentinas a China.
“Más allá de las cerezas que hoy entran con una restricción cuarentenaria a este mercado, se abre una puerta interesante, no sólo para este producto sino también para nuestras frutas de carozo y peras, lo que permitirá profundizar nuestra diversificación productiva. Estamos muy contentos con esta iniciativa ya este año podríamos comercializar algo de nuestra producción en China”, detalló el secretario de Fruticultura de Río Negro, Carlos Banacloy.
“La Patagonia tiene hoy más de 700 hectáreas plantadas, de las cuales más de 400 se ubican en Río Negro, con su corazón en Chimpay. La modalidad de producción es alta y se obtienen productos de muy buena calidad, que se diferencian de otras provincias del país donde todavía se mantienen producciones en pequeñas escala, con poca calidad y más volcadas al mercado interno”, explicó Banacloy.
“Este año, más allá de algunos días de atraso en la maduración de la fruta por un clima atípico, frío y con más lluvias de lo habitual, se proyecta que se obtendrá un 10 por ciento más de cosecha que la temporada pasada, en la que se alcanzó las 2.000 toneladas”, agregó.
“La madurez que toma nuestra fruta por condición climática, con noches frescas y tardes calurosas y soleadas, le dan un sabor único a nuestros productos. Esto el mundo lo está visualizando y tenemos un amplio camino para esta producción que se caracteriza por su alta demanda, ciclo corto e intensivo y la generación de una mano de obra que es clave para la región”, sumó el funcionario.
“Más allá de las cerezas que hoy entran con una restricción cuarentenaria a este mercado, se abre una puerta interesante, no sólo para este producto sino también para nuestras frutas de carozo y peras, lo que permitirá profundizar nuestra diversificación productiva. Estamos muy contentos con esta iniciativa ya este año podríamos comercializar algo de nuestra producción en China”, detalló Banacloy.
