Llamativo documental en colores rescata imágenes de Carmen de Patagones hace 70 años

 

El excelente ciclo “Filmoteca On Line”, que conduce el recopilador e historiador de cine Fernando Martín Peña, con la asistencia de Ignacio Tula y Marcelo Torreta, nos sorprende una vez más, trayendo ahora un cortometraje titulado “Cruz del Sur”, de 1950, que revista importancia por tratarse de una de las primera filmaciones en colores realizadas en nuestro país y, en este marco, rescata imágenes de Carmen de Patagones hace 70 años.

 

La película, que fue encargada por el gobierno de la provincia de Buenos Aires a través de su organismo de Turismo y dirigió el conocido cineasta Arturo Mom, tiene por finalidad ponderar las virtudes y principales características de una región a la que denomina “Cruz del Sur”, con cabecera en la ciudad de Bahía Blanca y extendida desde el balneario de Claromecó hasta nuestra querida Carmen de Patagones.

 

Las escenas prolijamente filmadas se presentan con un fondo musical poco agradable (tal vez más apropiado para un film dramático) con la afectada voz de un locutor que recita un texto plagado de los lugares comunes propios de la verborragia oficialista de siete décadas atrás.

 

Primero, se muestran aspectos del centro urbano de Bahía Blanca, momentos de embarque de granos por el puerto de Ingeniero White, las playas y actividad pesquera en Claromecó, bañistas y chalés en Monte Hermoso, y poco después las riberas del río Colorado.

 

Cuando el cronómetro indica 10 minutos y 27 segundos comienza lo que nos importa: la presentación de Carmen de Patagones.

 

El recorrido visual arranca con aspectos de la ribera del río Negro y sigue con la estructura del puente ferrocarretero, mientras el almibarado relator dice que Carmen de Patagones es “ilustre en la historia argentina por su resistencia indomable a las invasiones extranjeras, a las revueltas internas y al ataque del indio, en las luchas por la libertad, la colonización y la soberanía”.

 

Superando esta retórica de cuestionable contenido ideológico (causa desagrado aquello de resistir ataques del indio con la finalidad de colonizar) el ojo del cronista puede detenerse en algunos detalles visuales de este singular documental fílmico: cuando la cámara se desliza por la costa aguas arriba se pueden ver el muelle Mihanovich todavía entero y al lado –en donde ahora se ubica el parque Piedra Buena- el galpón que servía para la estiba de las bolsa de cereales, en aquellos años de intensa actividad portuaria.

 

Una toma desde la altura del Cerro de la Caballada muestra el puente cuando está cruzando desde Viedma un tren mixto, de carga y pasajeros, naturalmente arrastrado por una máquina de vapor. En el fondo, sobre la ribera Sur, es visible el enorme galpón para el depósito del recordado Tren Ganz, que hasta mediados de los años 40 viajaba hacia San Carlos de Bariloche.

 

En el minuto 12 con 48 segundos la cámara enfoca el muelle nacional, se ven varias personas, se observa el movimiento de lanchas de pasajeros (aquellas descubiertas que hace muchos años quedaron sin uso) y se pueden contar siete embarcaciones de ese tipo.

 

Hay enseguida una breve referencia a Viedma, mostrándola desde Patagones sin que se alcance a distinguir ningún edificio, pero sobre la superficie del río son visibles varias lanchas cazoneras.

 

En un plano cercano al espectador, a la derecha de la imagen, aparece un balcón, y se puede ver a una mujer joven que se asoma, cuelga una jaula para pájaros y se apoya unos segundos sobre la barandilla mirando hacia Viedma. ¿Habrá algún vecino memorioso que pueda reconocerla?

 

Hacia el final de la película hay breves imágenes de la torre del fuerte, de una antigua construcción en ruinas (otra pesquisa para los amantes de la historia local) y aparece el monolito del cerro. Desde este lugar se filmó una vista panorámica del río corriendo hacia la desembocadura, y siempre con el fondo musical horrible el locutor de tono majestuoso nos dice que “Carmen de Patagones mira más allá de la Patagonia, hacia la Antártida”.

 

Aparece el cartelito con la palabra FIN y uno se queda con las ganas de escenas en la plaza central, detalles del templo parroquial, de alguna callejuela histórica, de la estación ferroviaria o de los principales comercios de aquellos años.

 

De todas maneras, el aporte de Filmoteca On Line merece ser aplaudido, porque es muy alta la calidad del rescate, y seguramente no existe otro documento fílmico sobre Patagones en relación con aquellos años.

 

 

Texto: Carlos Espinosa, periodista de Viedma y Carmen de Patagones

 

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