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El proyecto del satélite Saocom 1B, construido por la empresa estatal rionegrina Investigaciones Aplicadas (INVAP) fue dirigido por la doctora en Ciencias Físicas e investigadora de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), Laura Frulla, y la ingeniera Josefina Pérez, pero no viajaron a Estados Unidos, desde donde ese artefacto sería lanzado este mes. La delegación argentina que asistirá al despegue solo está integrada por varones.
“Nosotros le damos mucha importancia al tema y tuvimos toda la intención que viajen dos mujeres”, explicó Gabriel Absi, gerente de Proyectos Espaciales de INVAP.
“Lamentablemente, por temas familiares y las condiciones en la que nos pone la pandemia, no fue posible porque las dos son madres, los chicos no van al colegio, nos íbamos por un mes…”, agregó. El lanzamiento ya fue postergado en una oportunidad.
“Tampoco es que podíamos traer a cualquier integrante de INVAP o CONAE porque necesitábamos gente que tuviera saberes específicospara lo que veníamos a hacer y el equipo se diseñó para soportar la baja de cualquiera de nosotros”, explicó en un contacto con el diario Río Negro desde Estados Unidos.
A continuación nota publicada el 10 de julio de 2020 por masrionegro
Laura Frulla, doctora en Ciencias Físicas, una de las mujeres que construyen satélites en Río Negro
Laura Frulla, doctora en Ciencias Físicas e investigadora de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) y actual gerente de Observación de la Tierra de la Misión del SAOCOM, es una de las mujeres que lideraron la construcción del último satélite que construyó la empresa estatal rionegrina Investigaciones Aplicadas (INVAP), de Bariloche, Río Negro.
El satélite argentino, que partió hace poco desde INVAP, rumbo hacia Cabo Cañaveral, Estados Unidos, para su lanzamiento a fines de julio, es único en el mundo y generará importantes aportes a la producción mundial.
Frulla sostiene que “se trata de un satélite de muy buena calidad, requerido por todo el mundo. No había experiencia en Argentina y muy poca en el mundo por sus características particulares. De hecho hay solo dos satélites similares, el otro fue desarrollado por una agencia espacial japonesa”.
La construcción del satélite derivó en un aprendizaje para todo el equipo ultra técnico “y tuvo un efecto de derrame muy importante, especialmente para INVAP que a partir de este proyecto pudo construir radares meteorológicos para los aeropuertos”, explica la científica argentina.
La investigadora detalla que el satélite “permite identificar la humedad del suelo y en profundidad, dependiendo el tipo de cobertura, y detectar, entre otras cuestiones la fusiariosis en el campo, enfermedad del trigo causada por ciertos hongos descomponedores”. Los cultivos afectados por este hongo tienen problemas de calidad comercial e industrial, además de presentar riesgos de desarrollo de micotoxinas.
Los productos (imágenes) generados se distribuyen a los usuarios de todo el país y del mundo. Esos datos suelen utilizarse para realizar mapas de humedad del suelo para uso agricultura e hidrología, mapas de riesgo de inundación, mapas de riesgo de incendios, riesgo de enfermedades de cultivos, escenarios para la toma de decisiones de siembra y fertilización, determinar agua disponible en nieve para riego, estudio de desplazamiento de glaciares y estudio de desplazamiento del terreno, pendientes y alturas, entre otras aplicaciones.
SAOCOM en números
El SAOCOM B1 pesa 3.000 kilogramos, mide 4,7 metros de altura y 1,2 metros de lado, cuenta con tres paneles solares de 1,51 x 2,7 metros cada uno. Produce 225 imágenes SAOCOM por día y cuenta con 620 kilómetros altura de la órbita.
